NOROESTE CANADIENSE: TRANSICIÓN???

De vuelta de nuevo en Canadá, hemos recorrido nuevas carreteras, en lo que en principio parecía un viaje de transición sin mucho interés hasta las Montañas Rocosas. Nos equivocamos, vimos cosas muy chulas por el camino, y es que todos los lugares tienen su encanto si sabes mirar....

Quisimos volver a entrar en Canadá por otro paso fronterizo diferente, y la idea nos llevó a una nueva carretera de grava de las que hacen que todo le vibre a la Gorda. Lo primero que te encuentras al entrar en Yukón de nuevo, es una curiosa ciudad llamada Dawson City, la antigua capital del Estado cuando la fiebre del oro estaba en su pleno apogeo, que a día de hoy se conserva como estuvo aquel entonces, con sus casas de madera, sus calles de tierra, su saloon, su sheriff, su post-office, sus chicas del can-can.....no dejan que ese aire de pueblo del oeste se pierda. Es un sitio muy curioso, aunque resulta un poquito decorado.

Visitamos algunos sitios curiosos que nos dejamos pendientes cuando recorrimos el camino de ida a Alaska, como un sitio llamado Carcrosss, que en sus alrededores tiene:

Un lago Esmeralda precioso:

Y lo que ellos dicen es el desierto más pequeño del mundo, y desde luego que es un desierto con sus dunas y todo, sorprendente entre tanto verde, tanta montaña y tanto agua:

También nos quedaron pendientes las cascadas Kinuseo, enormes y muy espectaculares, la pena es que estaba lloviendo a mares y no pudimos visitar los alrededores en profundidad, pero nos gustó mucho el sitio:

De camino a estas cascadas nos encontramos con Chetwynd, un pueblo famoso por su certamen anual de esculturas en madera hechas con motosierra, esculturas que posteriormente se quedan decorando el pueblo, y tiene más de 150, ¡fíjate tu que tontería en principio!, bueno pues allí nos tuvo un día entero viendo figuritas.......

Para no volver de nuevo por la Alaska Highway, recorrimos otra carretera, mucho menos conocida, y por tanto con aún menos trafico, llamada Stewart-Cassiar Highway, y tenemos que decir que la primera solo tiene la fama porqué ésta nos pareció mucho más bonita. Las montañas, los lagos, los bosques, todo, es como más salvaje, y como casi no hay gente puedes pasar la noche donde quieras, como en la playa de este lago:

(nótese que Inés no va a ningún sitio sin su espray para osos)

En esta carretera hay un desvío de 65km que nos llevó a la ciudad de Stewart, situada en la frontera con el sur de Alaska, a 1km de la ciudad estadounidense Hyder, donde ni siquiera hay aduana pues las montañas te impiden ir más allá. Pues bien, esa zona es absolutamente preciosa, se ven más de 20 glaciares en la carretera, otras tantas cascadas que corren por las laderas de las montañas, y al llegar se atraviesa un cañón que "quita el setío"

Así era la carretera todo el rato:

Con glaciares como este Bear Glacier:

O el espectacular Salmon Glacier al que se llega al final, ¡con otro trozo de carretera de grava!!!!! (pobrecita la Gorda):

Mencionar que en este recorrido vimos un total de 8 osos por el camino, tranquilamente, como que no quiere la cosa. Los Americanos que para esto de bussiness son únicos, han visto el filón, y en un sitio donde los osos van a pescar salmones que remontan el rio, han construido una pasarela para que la gente vaya a verlos, y cobran 5$. Nosotros, como todos, los pagamos y los ves pescar ¡vamos que los ves!

Ya retomando la carretera, y casi llegando a las Rocosas (próxima entrada), visitamos Grande Cache, una ciudad al pie de las montañas que tiene muchos caminos que recorrer y muchas cositas que ver, allí estuvimos un día "haciendo ejercicio" y vimos entre otras cosas la cascada Eaton:

Pues lo dicho, que no siempre lo más conocido es lo más bonito......